lunes, 23 de octubre de 2017

PERDONA, RECIBE PERDÓN Y ¡DISFRUTA!

El otro día escuché a una persona decir: "si ella no me pide perdón, sé que no podremos disfrutar este paseo" y me puse a pensar en cuantas oportunidades de tener buenos momentos, lindas charlas o cenas agradables perdemos por no perdonar o pedir perdón.
El perdón puede tener varias definiciones, pero creo que la mejor y más certera es la que nos enseña Dios, sacrificando a su hijo Jesús, por el perdón de nuestros pecados, por cancelar esa deuda. El perdón es cancelar esa deuda que alguien tiene con nosotros, dejar libre y liberarte de alguna palabra o acción que pudieron cometer contra ti o que tú hiciste contra alguien.
En tu caminar, existieron personas que talvez te ofendieron, esa persona que siempre está en tu cabeza cuando alguien toca este tema, de la que muchas veces imaginamos tenerla en frente y decirle las cosas que pensamos o que rogamos no verla por las calles, ni encontrarla en ningún lugar... Esa persona que no te permite sentir paz, ni disfrutar de momentos en tu vida que podrían ser mucho más hermosos... Eeesa persona que vino a tu mente mientras leías esto.
En Hebreos 12:15 nos dice:" Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos" (NVI) . Creo que a veces nosotros somos los que dejamos que esa raíz amarga brote, dejamos que afecte a las relaciones con nuestra familia, nuestros amigos y personas que conviven con nosotros, talvez a veces tenemos reacciones que no comprendemos, que no controlamos.. Esto puede ser la consecuencia de no haber perdonado algo o el sentir que no estas perdonada.
Es importante que recordemos las palabras de Jesús al enseñar a orar a sus discípulos... "Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores" Mateo 6:12 NVI ¿Perdonaste a tus deudores? Si no lo hiciste y quieres perdón... ¡Empieza a perdonar!  "No juzguen y no se les juzgará, no condenen y no se les condenará, Perdonen y se les perdonará" Lucas 6:37 NVI.
El perdón es una de los principios de una vida junto a Dios, es lo primero que me pidió cuando me acerqué a Él, yo tenía guardado con doble candado algunas ofensas y por ocultarlas me  hacía daño, me sentía muy lastimada y no podía ver a esas personas con amor... ni amarme.
Dios tocó esa herida oculta, la abrió para limpiarla, dejé que lo haga y fue en ese tiempo en que realmente sentí el poder de su amor y su misericordia.
Sé que es difícil sacar a la luz eso que más te duele, porque sientes vergüenza, porque no quieres que afecte a otros, porque te da miedo o no lo aceptas... Muchas veces pensaba cuál era el motivo para que Dios permita que me ocurra eso, pero hay un motivo, hay un propósito en todo lo que te sucede, muchas personas que pasaron por algo parecido se acercaban a mi y sin  pedírselo me decían lo que les pasaba... Y yo podía comprender su dolor porque viví algo así y fue de esa manera como Dios me mostraba la razón por la que yo viví eso.. Para que luego lo conozca y sea Él quien sane esas heridas, así podría ser su herramienta de paz y esperanza para esas personas que pasaban por algo parecido y necesitaban ayuda para perdonar esa deuda, ese dolor y quitar esa raíz de amargura.
El amor y la misericordia de Dios es muy grande, en su palabra nos dice que Él es un buen perdonador, que por la noche dura su ira y al amanecer está su misericordia... Tenemos cadenas que no nos dejan caminar libres, que hacen que nos quedemos en lugares que no queremos, debemos reconocer esas cadenas! Debemos romperlas y permitir que Dios pueda sanar esas heridas y que sea quien se encargue de esos sentimientos, pensamientos y acciones.
El momento en que reconoces esas ofensas, esas cadenas, podrás romperlas! cancelarlas! pero hay algo muy importante que debes entender... Perdonar no significa olvidar, el perdón es una decísion que debemos tomar cada día.
Si tu perdonas a alguien, bendeciras a esa persona, podrás verla y hablar con ella... No significa que todo sea igual que antes, simplemente ya no tienes nada contra ella y la puedes ver con esos ojos de amor, como Dios nos mira a nosotros.
Si sientes que no estás disfrutando de algunos momentos... Talvez es hora de perdonar y está en tus manos poder hacerlo, uno toma la decisión de abrir su corazón y dejar que Dios sea quien sane las heridas y así encontrar esa felicidad y paz que tanto anhelamos.
"El que perdona la ofensa cultiva el amor, el que insiste en la ofensa divide a los amigos" Proverbios 17:9 NVI

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