domingo, 28 de abril de 2019

TIEMPO DE PODAR

Meditar puede ser una de las formas más efectivas para autoevaluarse, te haces consciente de cómo respiras y con cuanta profundidad, también podemos escuchar nuestros pensamientos y conocer un poco más de lo que está dentro de uno.
Durante este tiempo estuve  analizando mi carácter y reconociendo actitudes y respuestas ante algunas situaciones, busqué lo bueno, malo o “normal”. Quería saber de alguna manera lo que otros piensan y como ven mi comportamiento, porque habían personas que se alejaban por algún motivo, también me di cuenta que existen personas más correctas que otras, más flexibles que otras y más espirituales que otras (sobretodo cuando pides consejos). Al analizar todo esto concluí que nadie debería definir quién eres o quieres ser, solo uno y él es Dios, quien nos creó.
Reconocerme me ayudó a ser consciente de que habían muchas actitudes mías que no venían de Dios. En su palabra Él nos da consejos para mostrarnos como hijo de Él, “A un árbol se le identifica por su fruto. Si el árbol es bueno, su fruto será bueno. Si el árbol es malo, su fruto será malo” (Mateo 12:33) Somos un árbol, un árbol que posiblemente tuvo sus raíces puestas en una tierra que no era buena, que no era fértil y no dio buen fruto, pero que tiene la oportunidad de dejar que el mejor jardinero quite estas ramas y mueva sus raíces a tierra fértil y bendita, para poder dar buen fruto, la clave está en reconocerse.
Sinceramente por más de que intenté cambiar muchas de mis actitudes, aún me cuesta reaccionar bien frente varias circunstancias, mis sentimientos pueden provocar reacciones no muy agradables para los demás, mis gestos o ser muy directa al hablar provoca reacciones que no me gustan y para muchos no son agradables, aunque también hay personas que si entienden mi forma de hablar. Pero esto me llevó a pensar en la frase de Jesús cuando dice, “Si tu ojo te hace pecar, sácatelo y tíralo”, creo que no sólo hablaba de algo físico, también en nuestra actitud. Dios nos pide dar amor a los demás y quizás mis gestos no son de amor y mi forma de expresar lo que pienso no lleva esa base, no construye ni ayuda y eso es lo que no está bien.
Pedro aconseja lo siguiente: “Esfuércense al máximo por responder a las promesas de Dios complementando su fe con una abundante provisión de excelencia moral; la excelencia moral, con conocimiento; el conocimiento, con control propio; el control propio, con perseverancia; la perseverancia, con sumisión a Dios; la sumisión a Dios, con afecto fraternal, y el afecto fraternal, con amor por todos. Si soy un árbol, con las raíces puestas en Dios, mi fruto debe ser amor para todos, sin importar quienes sean o lo que hayan hecho y hablado, podemos intentar que nuestro carácter esté formado con la mirada puesta en Cristo.
Podar es importante (la poda incrementa el rendimiento del fruto) y es tiempo de hacerlo, podar pensamientos, actitudes, habilidades, para luego lograr ese propósito por el que Dios tejió nuestro cuerpo y formó nuestra mente. Creer que todo lo que pasó y todos los momentos en los que estuvimos abajo, sintiendo inseguridad, descontrol o falta de amor, tuvo ese propósito, tiene ese fin. Él es agua viva, que aún en el desierto, donde no encuentras nada, lo encuentras si lo buscas, te consuela y te da paz.
Si en tu vida hubieron personas que te dijeron quien eras y las cosas que haces mal o bien, es bueno, porque ellos esperan algo más de ti, está bien escucharlos, pero no dejes de escuchar a Dios, analiza todo lo que te dicen y compara con lo que Dios pide de ti, dejemos que sea Él quien nos califique, quien nos aconseje y nos guíe para poder ser arboles buenos, que dan buen fruto.
“Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.” (Salmos 139). Siento mucha emoción al pensar lo importante que soy para Dios y que se tomó el tiempo de diseñar cada parte de mi para cumplir con un propósito y de escribir todo lo que viví, las pruebas que puso para poder formar mi personalidad y mi carácter, agradezco por poner a las personas que hoy me rodean y me ayudan a ser alguien mejor.

Blogs destacados

PERDONA, RECIBE PERDÓN Y ¡DISFRUTA!

El otro día escuché a una persona decir: "si ella no me pide perdón, sé que no podremos disfrutar este paseo" y me puse a pensar ...